meditar

Me resulta muy difícil escribir algo sobre mi propia experiencia, ni quiero hablar desde lo teórico, aunque sí pondré alguna referencia que en este año me ha acompañado y ha complementado un recorrido, debo decir, para nada fácil y a la vez precioso.

Meditar es abrirse al vacío, a la conexión con algo más grande que yo. Es empezar a vaciarse, a no dar tanta importancia a lo que pienso, siento y percibo. Sólo si me puedo vaciar... Puedo abrirme a recibir realmente del otro, o de Dios, o del Universo. Es dejar el tecnicismo, la "técnica", la secuencia, para encontrar un silencio que puede hablar.

Ocupándome de temas de terapia, a veces alguien pregunta qué tiene que ver la meditación con la terapia. La meditación ES un tipo de terapia, en mi opinión. Es una primera puerta a la conexión conmigo mismo... no sólo con el contenido de mi mente, sino también con mi cuerpo. Es pararme a SENTIR el cuerpo. En muchos casos, sólo el hecho de PARARSE A SENTIR es de por sí mismo terapéutico, en un mundo donde todos privilegiamos la información, lo visual, el habla, el oído (el oír... pero muchas veces no el ESCUCHAR).

Si no me escucho a mí mismo ¿cómo puedo saber lo que necesito?

Es la confianza de ENTREGARSE a lo que sea. Si produzco un pensamiento, por ejemplo una imagen de un futuro deseado, es muy posible que fijarme en ella me produzca malestar y ansiedad. Lo deseo, no lo tengo, no sé cómo alcanzarlo, no sé si y cuándo lo alcanzaré... La solución tampoco estaría en esforzarme para quitarme este pensamiento, sustituyéndolo con otros diferentes o llenando este momento con actividades, o intentando "dejar la mente en blanco"... que es imposible. Entonces simplemente OBSERVO SIN JUZGAR la producción de mi mente... Si observo sin juzgar y dejo pasar, poco a poco SE VA y es muy posible que se vaya mi malestar y apego a ese deseo.

Tal vez MEDITAR EL OTRO (más que "meditar CON el otro") puede permitirme verlo de verdad, más allá de la imagen que me hago de él.

Para mí el trabajo de este año se resume en estas palabras:

"El amor es un estado interior y no es tensión hacia el objeto. El estado amoroso tiene que ver conmigo, no con el otro. No es una relación, es un estado de uno mismo: está vinculado a la relación conmigo mismo, no con el otro".

 

Para profundizar....

 

RAMS, A. (2015). Gestalt y atención. Presencia y espiritualidad en la experiencia terapéutica. Barcelona: La Llave.

RIMPOCHÉ, S. (2006). El libro tibetano de la vida y de la muerte. Barcelona: Urano.

 

 

 

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